La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten, y la enfermedad crónica intestinal más frecuente en España. El gluten es una proteína que se encuentra en el trigo, cebada, centeno, espelta, kamut, triticale y posiblemente avena.
La ingesta de gluten produce una atrofia de las vellosidades del intestino que conlleva una mala absorción de los nutrientes (proteína, grasas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas).
El único tratamiento es llevar una alimentación exenta de gluten durante toda la vida, de esta manera se consigue la normalización clínica y funcional de la enfermedad.
Gracias al esfuerzo de muchos profesionales de la medicina, de las asociaciones de enfermos celíacos y de la propia FACE se está consiguiendo que esta enfermedad sea más conocida y se diagnostique mejor. Se estima que una de cada cien personas es celíaca. Por ello más de 4.000 personas son diagnosticadas anualmente en España. Aún así, se estima que aproximadamente el 90% de los celíacos españoles desconoce que padece la enfermedad.
La dieta sin gluten se consigue mediante el consumo de productos naturales como carne, pescado, frutas, verduras, leche, y productos especiales aptos para celíacos elaborados a partir de harinas de maíz o arroz (pasta, pan, galletas, dulces, bizcochos…). Deben evitarse, en principio, aquellos productos manufacturados o manipulados por la industria en los que no se tenga una total garantía de su composición o de su forma de elaboración.
Afortunadamente contamos en España con una industria pionera mundial en la fabricación de productos especiales seguros para los celíacos y varios cientos de empresas comprometidas en la elaboración de alimentos sin gluten. Aún así, el 80% de los productos elaborados que encontramos en las estanterías de los supermercados no son aptos o no ofrecen garantías de seguridad para los celíacos. El celíaco necesita etiquetados claros.
El seguimiento de una dieta sin gluten supone un sobrecoste de 1.587,98 euros en la cesta de la compra. A día de hoy solo en Castilla La Mancha y Navarra existen ayudas económicas para poder afrontar este sobrecoste. Es necesario buscar una fórmula para que todos los celíacos reciban una ayuda económica por igual, como ya se hace en distintos países de Europa. Es necesario que se reconozcan los derechos sanitarios del celíaco.
Al tratarse de una alimentación especial, la vida social del celíaco se encuentra restringida a unos pocos locales de restauración que ofrecen menú apto para celíacos.
Aunque, gracias a la labor de FACE y de las Asociaciones de celíacos, cada vez existen más hoteles y restaurantes que conocen como elaborar menús sin gluten y donde el celíaco puede sentirse tranquilo, todavía el comer fuera de casa sigue siendo un gran problema y una fuente de ansiedad para muchos celíacos. El celíaco se siente discriminado en la sociedad actual.
Hoy, 27 de mayo, DÍA NACIONAL DEL CELÍACO, queremos por una parte REIVINDICAR la plena integración del celíaco en la sociedad y por el otro AGRADECER a todos los profesionales de la sanidad, industria alimentaria, hostelería y distintas administraciones, que con su sensibilidad y dedicación han colaborado con nosotros en hacer la vida del celíaco más fácil.
El trabajo del colectivo celíaco y la colaboración con los diferentes profesionales ha hecho que la vida normalizada del celíaco sea más accesible.